Hola amigos.
En el día de hoy, sábado, día propicio para esta parte pues entre semana las cuestiones laborales me lo suelen impedir, el Morralla Team volvió a tentar a los espáridos. El pronóstico metereológico no era muy alentador, viento del norte verdadero a casi 20 nudos, amainando al amanecer, y una bajada considerable de las temperaturas. A pesar de ello, yo ya tenía preparado todos los pertrechos así como cebos variados (navaja viva del mercadona, gusanos americanos y lomos de sardinas frescas). Así que, a las 7 horas pusimos rumbo norte, esperando que el día se mostrara en condiciones favorables para una buena mañana de pesca.
A la misma hora de llegada, minutos antes, y en la misma zona, un compañero de aventuras, y porque no decirlo, de bolos (no pilló nada, como nosotros), empezaba a preparar las cañas. En este caso el compañero quería tentar a las doradas o a las lubinas con pez vivo, previamente pescado (mabre), para ello brumeó la zona y caló una caña con varios anzuelos y gamba. Sobre este arte de pesca hay que decir que esta prohibido en Mallorca, o al menos, eso nos dijeron. En la otra caña tentaba con calamar de patagonia.
Y de repente, visita inesperada. El SEPRONA. Raudo y veloz aparcó delante de nuestro vehículo con intención de hacernos una bonita inspección. Hay que decir que salimos indemnes, por dos motivos, uno, porque llevábamos todo en regla y otro por....bueno, secreto de sumario. :)
Y así fueron pasando las horas. Y cayendo todo nuestro cebo sin que ningún espárido quedara atrapado en nuestro embuste. Es de imaginar que sólo había morralla, y pez pequeño, porque se lo comieron todo. Salvo dos buenas picadas que hicieron temblar el puntero, nada destacable. Pero nosotros no cejábamos en el intento. Y a la mala pesca, mala cara.
Al final de la jornada, sobre las 13 horas. Llegó una picada inesperada. Vaya, menuda estrella que llevamos y que volvió a su hábitat. Of course.
Bueno. Eso ha sido todo. Pero, el Morralla Team no desespera. Y aunque no haya peces seguirá en su intento por capturarlos, porque, no sólo es pescar, sino estar en contacto con el mar, con la brisa y la tranquilidad de unas horas que nunca se pueden agradecer lo suficiente.
Fins un altre.