Seguimos buscando al gran espárido.

No pudo ser.

Al amanecer partimos a los nortes, con bastante frío debido a la reciente caída de nieve en la sierra de Tramontana (y va y me olvido el gorro). El Morralla Team con Cristián como acompañante con la moral muy alta.

Al llegar a la zona elegida, La Victoria de Alcudia, pudimos ver como la mar estaba en óptimas condiciones para la pesca del sargo, salvo que cada minuto llegaba unas olas que desarbolaban nuestros aparejos.

Empezamos por la zona de S´Illot, pero la mar no estaba tan calmada como parecía al principio y las olas que, machaconamente, se acercaban al roquedo hacían imposible una pesca en condiciones, destrozando nuestro brumeo, y por ende, las posibilidades de éxito.

Cambiamos de ubicación. Bajamos al puente y parecía que estaba el tema un poco mejor.

La anécdota de la jornada nos la dio Cristián, que con un espíritu combativo y sin temor a la grandes olas, se arrimó más de la cuenta al borde del roquedo cuando, de forma inesperada, una gran ola bañó las rocas y también los pantalones y los zapatos de nuestro amigo Cristian.

Lo más divertido de todo fue verlo, dentro del coche, liándose los pies con hojas de periódico para desempapar sus extremidades inferiores, jajajaja...y luego, en la siguiente puesta, cuando dejó sus calcetines extendidos en una rama para que se secaran, cosa que no sucedió en las horas sucesivas.

Finalmente, el Morralla Team, como buen equipo previsor, tenía una opción b, la opción tocar escamas, aunque fueran de esparrall. Aquí la prueba.

Eso ha sido todo. El Morralla Team no se rinde y seguirá, ansioso, buscando al gran sargo, picudo o diplodus. Bona nit.